Tu nombre, es como el sabor de la nieve,
De belleza salvaje,
Dulce en tus formas.
Calmada como el despertar en la fría tundra,
Por donde el tiempo pasa despreocupado,
Apenas descifrado en un diminuto lapso.
El horizonte una sonrisa,
Las montañas se modifican en la silueta,
Que transforman el confín,
Cuando la tenue luz del este
Despeja el susurro del latir,
La canción de la vida.
Que solo tu nombre es capaz de producir
En la poca vida que dejas vivir en el ombligo de tu creación.
El camino será frío y largo,
Duro y exhausto,
Peligroso como el nombre
Pero llegaré del extremo a la punta.
Dejando barrer con la sombra toda la planicie.
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